Hay quien te da, te entrega hasta el alma en un afán de fundirse contigo.
De ser quizás arcilla o pan, que lo moldees o lo muerdas, que lo hagas arder hasta volverse brillante y desconocido. O que lo mastiques y lo tragues, lo hagas desaparecer y sevir de tu alimento, de abrirte un hambre insaciable, de provocarte la necesidad de mas, como de aire...
¿Quien no quiere mas y respirar hondo, sabiendo que no se acaba, que sigue ahí, que por mucho que tomes a sorbos o tragos, hay mas?
Pero hay quien te vacía, quien te da la vuelta, te remueve las ideas, te para en seco y frenas hasta el alma, despistada y sin saber donde mirar... Ni donde sigues, si vas o te quedas, si te pasas o no llegas, si eres tu o inventada, si te sobra un ser o te faltas a ti misma.
Quien te dice "ven" y no puedes ir, pero se te va la cabeza y el cuerpo, y no hay freno o parón que valga.
No hay frío que te coloque en el suelo, ni siquiera sirve buscarte entre libros, calmar la voz y pensar en números romanos: MCI, MLI, MCII... MCCCI...
Al final sigues sin saber donde estas, pero te vuelven a casa la pizza y los gatos, los anuncios y el sol de la ventana...
Y vuelves a no ser y a estar.
Pero solo un rato, hasta el próximo "ven" y no vas...
Hasta el próximo "voy" y no vienes...
Un saludo.
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