martes, 24 de enero de 2012

Cambios...

La gente cambia, hasta de aspecto, crece o encoje, se avejenta o no...
Cambia de pensamientos, de necesidades, de gustos, de apetito, de color de ojos con unas lentillas.
Lo que no cambia son las ideas, la búsqueda de lo que te falta, la soledad, los miedos, las incertidumbres, ni la necesidad de proteger o protegerse.
Cambia de casa, cambia los muebles y se amuebla el alma, cambia de temores y los acrecienta o añade nuevos.
Cambia de color las paredes porque no puede cambiar lo que ve por la ventana.
Pero no cambia de afectos, no se caen ni se mueren de la noche a la mañana.
Con el cambio pierdes parte de tu vida y retomas lo que no existía.
Cambias la soledad por el llanto, cambias el miedo a ofender, cambias el miedo a perder, cambias el afecto por la indiferencia, lo cambias todo por la soledad.
Cambias de faldas o de pantalones, pero no cambias la piel, ni el frío por la mañana.
Cambias los cojines, el tapizado del sofá, pero no cambias el hueco de tu espalda en el mismo, ni de almohada aunque no sea la misma cama.
Cambias de cama, de casa, de toallas, de lavadora, de platos, de cubiertos, de cocinera, de noches o de mañanas.
Cambias de pueblo, de ciudad, de playa o de monte, cambias de perro y de gato...
Pero no cambias tu, tu espacio lo pierdes, lo modificas, lo estiras o lo encojes hasta desaparecer, esperas y pasas, te adaptas y te sientes ocupa u ocupada, pero sigues sin verte en ese espejo que no te refleja.
Dejas de ser tu por otra persona, empiezas a ser tu por otra persona, quieres ser tu por otra persona... al final no sabes quien eres y cambias todo.
Das y tomas, agarras el pánico de la mano y te tiras al vacío.
Y el vacío es incierto.
Solo estas tu y tus cambios, solo te queda la espera de no tener que perderte tu.
De no tener que cambiar mas veces
De poder cambiar y obtener algo de calma y de tranquilidad.
De encontrar un hueco donde reposar y donde el cambio sea la luz que entra por la ventana.
Donde el cambio sea mirar unos ojos y que haya esa mirada para ti.
O que no haya ojos... solo tu calma, el cambio que buscas.

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